Mi llegada a la Acuarela

MI LLEGADA A LA ACUARELA
Mi llegada a la Acuarela fue como si en algún momento me hubiese bajado de un tren y la hubiese encontrado allí de pronto. Nuestro encuentro tuvo mucho de casual. Desde entonces creo que existe la buena suerte. Los astros debieron alinearse ese día en el que decidí apuntarme en uno de esos Encuentros que organiza la Agrupación de Acuarelistas de Andalucía. Sin saber como me ví en medio de una Plaza pintando. Sintiendo cada soplo de aire a mi alrededor como si fuese un sólido y oyendo lejanos ruidos de gentes al pasar. El agua en mi cuadro parecía estar viva. Las cosas allí cambiaban a su gusto sin control. Acostumbrado a la inmobilidad del oleo, llegué a hablar en voz alta a pesar de estar solo. Mi concertación era el producto de un sin fin de pensamientos a los que no podía poner freno. Estaba entonces viajando en ese imaginario tren que iba a toda velocidad y sin freno. Al final, me fui rindiendo a la evidencia. Mi primera Acuarela como obra pictórica era catastrófica. Conforme aceptaba esta realidad, el tren se fue parando hasta llegar a una estación llamada LA ACUARELA. Al bajar, una vez en el andén pude leer un rótulo que alertaba: A partir de ahora, pintar un cuadro no será un acto placentero y relajante sino todo lo contrario. Una lucha con elementos cambiantes y un apasionante viaje a tu interior.
... y aquí sigo, desde entonces, atado a ese viaje...
Luis Lomelino. Acuarelista.

DEMOSTRACIÓN DE PINTURA A LA ACUARELA



III ENCUENTRO INTERNACIONAL DE ACUARELA DEL VINO Y EL VIÑEDO DE LA RIOJA

Hay ocasiones en las que resulta muy difícil contar algo sin la sensación de dejar atrás muchas cosas importantes. Este Encuentro para mi ha sido una de  ellas. Cinco intensos días cargados de Acuarela, convivencia, amistad, turismo, gastronomía, vino de la Rioja, conversación...
 No conocía La Rioja con lo que para mí estos días han sido doblemente especiales.

 El primer día visitamos Uruñuela. Me puse  a pintar en el campo desde donde se veía una bonita panorámica del pueblo, allí estuve hablando con algunos agricultores de las labores del campo, los tratamientos para los frutales... y me hablaron de la vida en el pueblo y la belleza del pino monumental que se ve en el cuadro. 


Uruñuela


Las siguientes visitas fueron Ollauri, Briñas, Badarán y Navarrete. Destaco de todas las visitas, la belleza monumental de los paisajes que se veían desde cualquier lugar. La visita a las bodegas, especialmente en Ollauri, que nos dejó impresionados por el tamaño colosal de la bodega subterránea y su inmenso património cultural en relación al vino. Todo ello con la hospitalidad y la simpatia de los riojanos, que dejaron entre todos nosotros el regusto y deseo de querer volver.



Panorámica de Briñas


En los alrededores de Badarán


 Cada uno de los días se planteaba pintando por la mañana desde temprano, comida y vuelta a pintar hasta la hora de la exposición sobre las seis de la tarde. Jornadas agotadoras en las que rendimos mucho gracias a la   ilusión que nacía y se renovaba cada día. 








Desde Briñas mirando a las montañas








Panorámica de Navarrete




 Nada hubiese sido igual sin la participación de estos magníficos acuarelistas venidos de muchos lugares de España y Portugal. Unidos de forma magistral por Mari Mar González, Acuarelista vasca, organizadora del Encuentro.
 No hay palabras para agradecer su labor, la de su marido Txitxo y José Uriszar, pintor riojano. Les debemos el haber pasado unos días inolvidables.




 





 La verdad es que, volviendo al inicio de este artículo: Hay ocasiones en las que resulta muy difícil contar algo sin la sensación de dejar atrás muchas cosas importantes. Y estas han sido lo vivido cada uno de los días que hemos estado juntos  y la amistad que hemos fraguado. Espero que el destino nos vuelva a Encontrar y si es en La Rioja, mejor.

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