Mi llegada a la Acuarela

MI LLEGADA A LA ACUARELA
Mi llegada a la Acuarela fue como si en algún momento me hubiese bajado de un tren y la hubiese encontrado allí de pronto. Nuestro encuentro tuvo mucho de casual. Desde entonces creo que existe la buena suerte. Los astros debieron alinearse ese día en el que decidí apuntarme en uno de esos Encuentros que organiza la Agrupación de Acuarelistas de Andalucía. Sin saber como me ví en medio de una Plaza pintando. Sintiendo cada soplo de aire a mi alrededor como si fuese un sólido y oyendo lejanos ruidos de gentes al pasar. El agua en mi cuadro parecía estar viva. Las cosas allí cambiaban a su gusto sin control. Acostumbrado a la inmobilidad del oleo, llegué a hablar en voz alta a pesar de estar solo. Mi concertación era el producto de un sin fin de pensamientos a los que no podía poner freno. Estaba entonces viajando en ese imaginario tren que iba a toda velocidad y sin freno. Al final, me fui rindiendo a la evidencia. Mi primera Acuarela como obra pictórica era catastrófica. Conforme aceptaba esta realidad, el tren se fue parando hasta llegar a una estación llamada LA ACUARELA. Al bajar, una vez en el andén pude leer un rótulo que alertaba: A partir de ahora, pintar un cuadro no será un acto placentero y relajante sino todo lo contrario. Una lucha con elementos cambiantes y un apasionante viaje a tu interior.
... y aquí sigo, desde entonces, atado a ese viaje...
Luis Lomelino. Acuarelista.

DEMOSTRACIÓN DE PINTURA A LA ACUARELA



20 ANIVERSARIO I.E.S "EL MAJUELO"



Desde hace varios años, trabajo en el Instituto "El Majuelo" de Gines. Allí, me afano en transmitir el valor del Arte, el espíritu de los artistas de cualquier época y el alma de sus obras. Intentando hacer sentir a mis alumnos el gusto por el gran Acto de la Creación. Inventando sus propias obras que entre el conocimiento y la intuición tengan el encanto de expresar su potencial vivo.




En esto estaba cuando tuve un accidente de tráfico y recuperándome de varias heridas me ausenté del Instituto. No podía pintar, solo pensar y pensar y dar vueltas sobre lo ya pensado.
Estaba realmente desesperado por la lentitud de la recuperación y haber tenido que aparcar todos mis proyectos. En ese momento crítico, de forma providencial, empecé a recibir muestras de apoyo y ánimo por parte de los alumnos del Instituto.

Me lo hicieron llegar por múltiples canales, pero en todos ellos latía un profundo y desinteresado afecto.

Ha pasado el tiempo y el accidente es ya una anécdota. Lo que no es pasajero han sido las muestras de cariño. Están ahí por dentro aflorando todavía. Dando fruto.
Y como muestra, esta mano que añade su efecto simbólico al de la paloma blanca. Queriendo trascender del propio cartel anunciador del 20 ANIVERSARIO o del CERTAMEN DE TEATRO.